“Escuela es todo aquello que se puede ver bajo del firmamento.”
El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define Aula como: “Sala donde se celebran las clases en los centros docentes”; por otra parte, este mismo diccionario define Jaula como: “Embalaje consistente en una caja cuyas paredes están formadas por tablas o listones separados entre sí”.
Si hacemos una analogía de la caja con respecto de la Escuela, encontramos que son exactamente la misma representación, una sección, un compartimiento una subdivisión; la única diferencia temática entre Aula y Jaula es la intencionalidad que para el medio, representa cada una, el objeto de existencia de la primera, es el “ofrecimiento de clases” para estudiantes, y el objeto de la segunda es ofrecer claustro para los animales.
Cuando el maestro trata de representar contextos de represión dentro del aula de clases, cimentados en la teoría vertical del respeto y de la disciplina, de inmediato transmuta el objeto del aula para ser automáticamente asumido por la Jaula, donde se encierran y suscitan las mas latentes respuestas del ser humano, su condición de animal circunscrito en una ley de la naturaleza en la que sobrevive el mas fuerte.
Es posible que la misma aula de clase imponga sus normas y éstas limiten una concepción autorreguladora, autocrítica y autárquica de la mal llamada disciplina, termino que a la luz de la nueva escuela se torna como convivencia escolar.
Cuando se adquiere una nueva cosmovisión del acto educativo, sin la indispensabilidad del aula a nivel institucional, se requiere también maestros que comulguen con esta cosmovisión, maestros que dentro de su discurso pedagógico y didáctico incluyan conceptos tales como: Orientación, convivencia, responsabilidad para evitar en su orden respectivo, otros como: instrucción, disciplina y respeto.
"El maestro acrecienta las creencias espirituales, intelectuales y físicas. Nadie nace del todo. ; y el maestro, aunque desaparecido, es siempre guía del espíritu”.
Vivimos tiempos de reforma conceptual, cada día nos encontramos al filo de nuevos paradigmas que rompen los ortodoxos comportamientos de los profesores de antaño, encontramos en los establecimientos educativos nuevas categorías de a-lumnos (ser a-lumino, -sin luz; el que busca ser iluminado) cada vez más y más influidos por los medios masivos de comunicación y la constante ley del consumo. Nuevos seres que requieren una intervención más asertiva de los maestros.
Vivimos tiempos de reforma conceptual, cada día nos encontramos al filo de nuevos paradigmas que rompen los ortodoxos comportamientos de los profesores de antaño, encontramos en los establecimientos educativos nuevas categorías de a-lumnos (ser a-lumino, -sin luz; el que busca ser iluminado) cada vez más y más influidos por los medios masivos de comunicación y la constante ley del consumo. Nuevos seres que requieren una intervención más asertiva de los maestros.
“La educación consiste en darle al hombre todo aquello de lo que es susceptible el alma” Platón
Los directivos y docentes deben pasar de considerar al estudiante como sujeto protegido por derechos adquiridos y situarlos más bien como sujeto titular de derechos civiles y políticos, derechos que implican los deberes de respetar el derecho de los otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario